50 naipes ilustrados con diferentes situaciones que se conectan entre sí para crear infinitas historias dentro de una biblioteca. ¡Más de 5 trillones de posibilidades!

¿Hay diferentes entradas al mundo de los libros? ¿Qué personajes te recibirán en la biblioteca? ¿Cuántas cosas al mismo tiempo pueden suceder en un mismo lugar? ¿Qué buscan quienes van a la biblioteca? ¿Ingresarán por la misma puerta? ¿Podrán encontrarse a compartir lecturas? ¿Qué puede pasar entre los estantes de los libros? ¿A la biblioteca sólo se va a leer? ¿Hay algún objeto que podría llamar la atención? Estas preguntas, y todas las que se te ocurran, quizás encuentren su respuesta en el juego. Todo dependerá de la historia que quieras contar.

Es un juego popular que surge a principios del siglo XIX. Su nombre deriva del griego: Myrias significa multitud, Orama refiere a una escena. Por eso se usaba para representar “miríadas o multitud de escenas”.

Al ofrecer una sucesión de imágenes, permitía ver el paisaje como una panorámica y tener nuevas maneras de presentar grandes escenarios. Uno de los primeros registros que se conoce de este juego fue diseñado por Jean-Pierre Brès, escritor infantil francés, y corresponde a la imagen de una campiña. El autor la describió como una imagen “polióptica”. Luego se fue haciendo popular y comenzaron a aparecer algunas imitaciones en otros países de Europa. En 1824 John Clark, un pintor y paisajista escocés, es contratado para diseñar un myriorama de 16 tarjetas. Las imágenes, pintadas en aguatinta y coloreadas a mano, parecían remitir a paisajes británicos rurales. Hacia 1880, los hermanos Poole utilizaron el término myriorama para describir sus populares “panoramas en movimiento”, que producían una escena teatral rodante.

Myriorama, la biblioteca infinita

$7.000
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Es un juego popular que surge a principios del siglo XIX. Su nombre deriva del griego: Myrias significa multitud, Orama refiere a una escena. Por eso se usaba para representar “miríadas o multitud de escenas”.

Al ofrecer una sucesión de imágenes, permitía ver el paisaje como una panorámica y tener nuevas maneras de presentar grandes escenarios. Uno de los primeros registros que se conoce de este juego fue diseñado por Jean-Pierre Brès, escritor infantil francés, y corresponde a la imagen de una campiña. El autor la describió como una imagen “polióptica”. Luego se fue haciendo popular y comenzaron a aparecer algunas imitaciones en otros países de Europa. En 1824 John Clark, un pintor y paisajista escocés, es contratado para diseñar un myriorama de 16 tarjetas. Las imágenes, pintadas en aguatinta y coloreadas a mano, parecían remitir a paisajes británicos rurales. Hacia 1880, los hermanos Poole utilizaron el término myriorama para describir sus populares “panoramas en movimiento”, que producían una escena teatral rodante.