Autor: René Goscinny. Ilustrador: Albert Uderzo.

Editorial: Libros del Zorzal.

Sinopsis: “¡Esto es espantoso! ¡Abominable! ¡Catastrófico!”, dice con tono de preocupación hacia sus adentros el druida Panoramix. ¡Y tiene razón! Un componente muy importante para la fabricación de la poción mágica que le brinda fuerza sobrehumana a quien la bebe es el aceite de roca, también llamado petra oleum o “petróleo”. ¡Y no queda ni una gota en la aldea! Y ya se sabe que, sin el elixir mágico, la aldea corre serio peligro de ser invadida por las legiones del César.

Es entonces que Asterix y Obelix se ofrecen como voluntarios, con Idefix a cuestas, para viajar a la Mesopotamia con el fin de conseguir el preciado producto asiático. Pero dicha travesía no la harán solos, ya que el poco fiable –y recientemente conocido- druida Ceroceroseix también será de la partida, “con el fin de contribuir al éxito de esta empresa”, según sus sospechosas palabras.

La publicación original de La odisea de Asterix fue concebida en 1981 como segundo álbum de las ediciones Albert-René, con guion, dibujos y edición por parte del propio Albert Uderzo. La tirada inicial fue de 1.700.000 ejemplares, emulando la cifra del libro que lo precede, La gran zanja.

Un párrafo aparte merece el mencionado druida Ceroceroseix, cuyo rostro y nombre están inspirados en el gran actor escocés Sean Connery y en el personaje cinematográfico que lo catapultó a la fama mundial: James Bond, agente secreto 007.

Por otro lado, pocos se percatan de que la ciudad de Buenos Aires de alguna manera se encuentra presente en este álbum. ¿Cómo es esto? Bueno, la cosa es así: en primer término, tenemos a Caius Maiprecius, el jefe de la policía secreta de Julio César, que es una caricatura del actor Bernard Blier, nacido en 1916 en la capital de Argentina donde vivió hasta sus dos años de edad, para luego partir a Francia, donde se educó y formó. Y también está Saúl Shnorrer, el empleado del comerciante Sansón Plantapus. Shnorrer es una caricatura de nuestro querido René Goscinny, en un homenaje explícito de Uderzo a su querido gran amigo. A diferencia de Bernard Blier, René nació en París, pero a los dos años se trasladó a Buenos Aires, donde se crio, se educó y se formó culturalmente. ¡Dos hombres del arte con la misma ciudad sudamericana como punto de referencia en sus vidas!